17 de septiembre de 2012

Actividades Iniciales


El taller de la palabra


Para realizar estas actividades deberás leer la biografía del autor que, como verás, presenta ribetes trágicos, pero a la vez ha sido su obra muy prolífera.
Buena suerte con esta primera tarea, si hay inconvenientes esperamos tus comentarios.

Luego de la lectura, responde:

a)    Su biografía
·         ¿Cuándo y dónde nació?
·         ¿Cuáles fueron los hechos trágicos que signaron su vida? Realiza una cronología.
·         ¿Cuántas veces se casó?
·         ¿Cuántos hijos tuvo y cómo se llamaban?
·         ¿En qué circunstancias conoció la selva misionera?
¿Cuándo, dónde y cómo murió?

14 de septiembre de 2012

HORACIO QUIROGA: Biografía




BIOGRAFÍA


Horacio Silvestre Quiroga, tal su nombre completo, nació el 31 de diciembre de 1878 en Salto, Uruguay. Hijo de Juana Pastora Forteza y Prudencio Quiroga, vicecónsul argentino en aquel país, quien murió dos meses después del nacimiento de Horacio, disparándose accidentalmente con una escopeta en una canoa. Luego del hecho, la familia se trasladó a Córdoba, Argentina; pero en 1883 volvió a Salto. En esta ciudad cursa los estudios primarios y parte del secundario que completa asistiendo al Colegio Nacional de Montevideo. En 1987 hace sus primeras colaboraciones en medios periodísticos y funda la “Revista del Salto” en 1889, que llevaba como subtítulo la leyenda: Semanario de literatura y ciencias sociales.
         Por estos años descubre la obra del poeta argentino Leopoldo Lugones, con el que entablará una profunda amistad y se convertirá en una gran influencia para su actividad creativa.
         En 1900, con el dinero de la herencia paterna, viaja a París, permanece en la ciudad unos pocos meses; pero allí experimenta los avatares de la bohemia y conoce a otro de los poetas que más admiró, Rubén Darío, quien también se convirtió en una inspiración para su propia obra. En su estancia en la Ciudad Luz concurre a la Exposición Universal y al Museo del Louvre; participa en un certamen de ciclismo, una de sus pasiones; asiste a las tertulias del Café Cyrano de Montmartre, donde se reúnen escritores e intelectuales y toma contacto con el grupo modernista que rodea a Rubén Darío; sobre este viaje escribe artículos para la Reforma de Salto.
         A su regreso constituyó con sus amigos un círculo conocido como el Consistorio del Gay Saber, que él mismo dirigía y donde a la devoción Poe se sumaba la lectura apasionada de Leopoldo Lugones.
         La primera obra que publica Quiroga es un libro de poemas, Los arrecifes de coral, donde se observa la influencia de Lugones y de la estética modernista. Editado en 1901, y dedicado al poeta argentino, el libro es una combinación de prosa y verso; 52 composiciones agrupadas en 18bpoemas, 30 textos de prosa lírica y 4 cuentos. La obra resume el clima literario de la época y al mismo tiempo empieza a perfilar algunos de los conflictos permanentes, como la lucha de los hombres entre sí y con la naturaleza.
         En 1902 mata accidentalmente, mientras limpiaba una pistola, a su amigo Federico. Esta muerte lo abrumará durante el resto de su vida. Inmediatamente después que fue absuelto por la policía, Quiroga abandona Montevideo, refugiándose en la casa de su hermana María, en Buenos Aires. Comienza a publicar en revistas como Caras y Caretas.
         En 1903 trabaja como profesor de castellano en el Colegio Británico de Buenos Aires y es invitado por Leopoldo Lugones a participar como fotógrafo en una expedición que recorrerá la selva misionera y visitará las ruinas jesuíticas.  La excursión de estudio le había sido encomendada a Lugones por el Ministerio de Instrucción Pública. El viaje lo deslumbra, cuando Quiroga pisó la selva, afectado por un ataque de asma, supo al instante que ése sería el lugar que elegiría para vivir y seguir con su pasión por contar historias. La selva es el lugar donde encuentra el escenario y los personajes de los cuentos que lo hicieron famoso.
         En 1904 publicó el libro de cuentos El crimen del otro, influido por sus lecturas de Edgar Allan Poe y Guy Maupassant. Por esta época comenzó a alejarse del preciosismo modernista, el cambio estético fue dándose a medida que se sumergía en una realidad cada vez más dolorsa. El relato que da título a la obra presenta similitudes con el famoso cuento de Poe, El barril de amontillado.
         En 1905 publicó Los perseguidos, una novela sobre un caso psiquiátrico con la cual obtuvo bastantes repercusiones y un relativo éxito. Tras un período marcado por una inclinación al naturalismo, tal como se evidencia en su novela Historia de una amor turbio de 1908, compró unas tierras en Misiones, un paisaje que verdaderamente lo había subyugado.
         En 1909 entabla una relación sentimental con una ex alumna de los cursos de castellano, Ana María Cirés; pese a la oposición de sus padres, finalmente se casan y se van a vivir a San Ignacio. Se instalan en una casa que él mismo construyó en Iviraromí, cerca de las Ruinas jesuíticas de San Ignacio. Tuvieron dos hijos. Eglé que nació en 1911 y Darío en 1912. En 1911 fue designado juez de paz y oficial del registro civil de San Ignacio. Desde 1912 a 1916, realiza plantaciones de algodón que son un completo fracaso. Practiza la caza, domestica animales; intenta siempre sin éxito económico, pequeñas industrias con la colaboración de amigos: fabricación de carbón, resina, destilación de naranja, entre otras actividades. También aparecen nuevos cuentos suyos sobre la selva, especialmente en Fray Mocho de Buenos Aires. La selva misionera lo atrapó y se convirtió en escenario de su obra, en ella dio cuenta de su propia vida en ese medio inhóspito donde tuvo que reconstruir cien veces una misma canoa, reparar las goteras del techo de su casa, pesca, fabricar sus propias tinturas para tela, cavar pozos de agua, confeccionar sus zapatos y, hasta conversar con Anaconda, la víbora que criaba en su jardín y que será protagonista de varias de sus historias. Allí supo que escribir era un oficio duro y no un mero instante de inspiración. En 1915, muere su mujer, tras 8 días de agonía, luego de ingerir veneno buscando suicidarse.
         Con la publicación de Cuentos de amor, de locura y de muerte, en 1916, Quiroga dio la primera muestra de su genio y empezó a recorrer el camino que lo llevaría a consagrarse como uno de los grandes exponentes de la cuentística latinoamericana.
         En 1918 aparece Cuentos de la selva. En 1920, escribe Las sacrificadas, adaptación teatral de “Una estación de amor”. En 1921 publica Anaconda, una nueva colección de cuentos que continuaba con las historias ocurridas en Misiones, y donde muestra una visión de la selva desde la perspectiva de los animales, pero con un tono diferente al de los Cuentos de la selva, alejándose de la fábula infantil para presentar una imagen oscura de la naturaleza que marcaría las obras posteriores.
         En 1924 publica El desierto. Dos años después escribe Los desterrados. En 1927, Quiroga se enamora de una adolescente, amiga de Eglé, María Elena Bravo, 30 años menor que el escritor. Se casan y al año siguiente nace su otra hija; bautizada María Elena, como su madre, pero ellos la llamaban cariñosamente Pitoca. En 1928 publica la novela Pasado amor, sin mucho éxito, obra de carácter autobiográfico donde narra aquella relación y los obstáculos que debieron sortear para subsistir ante la adversidad.
         Los relatos contenidos en El desierto y Los desterrados reflejaron el creciente pesimismo de Quiroga, que aumentaría ante el deterioro progresivo e irreversible de su salud y los problemas económicos debidos a la creciente dificultad para vender sus trabajos literarios. A partir de 1930, Quiroga comenzó a sentir la indiferencia hacia sus publicaciones por parte de las jóvenes generaciones literarias, que se inclinaban por obras como “Martín Fierro”. Los jóvenes escritores consideraban que su obra era antigua y era visto como un autor en decadencia, posición sostenida, entre otros, por Jorge Luis Borges. Por entonces sólo vivía los 50 pesos que el gobierno de Uruguay le pagaba por el cargo de Cónsul Honorario, fruto de una gestión realizada por algunos escritores amigos.
         Escribió en colaboración con Leonardo Glusberg en 1931, Suelo natal, un libro de texto destinado a alumnos de escuelas primarias y aprobado por el Consejo Nacional de Educación. Durante este período, su situación económica empeoraba y esto lo impulsó a regresar con toda su familia a Misiones. A raíz de un golpe militar en Uruguay se quedó sin su puesto en el Consulado y se dedicó a la floricultura.
         Sus últimos libros muestran el impulso creador que le ofreció su propia tragedia familiar. El drama de la muerte, la soledad, la decadencia, el fracaso y la lucha por evitarlos, fueron una constante en la vida y la escritura de Quiroga y, están presentes en cada uno de sus personajes. Más allá, su última publicación, fechada en 1935, fue una obra con un notable carácter de premonición donde predominan el pesimismo y la angustia, la muerte y el misterio, una atmósfera de verdadera oscuridad que se construye a lo largo de sus páginas y relatos.
         En 1936, María Elena, su segunda esposa y la única adolescente que lo amó sin padecer oposiciones familiares, lo abandonó porque ya no soportaba la vida en la selva, después de seis años de matrimonio y llevándose a Pitoca, la pequeña hija de ambos.
         Ese mismo año, los insoportables dolores de estómago obligaron a Quiroga a internarse en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires. El 19 de febrero de 1937 aparece muerto en su cama de hospital, por ingestión de cianuro. Poco después de conocer que sufre de cáncer de estómago. Ese día, al enterarse del diagnóstico definitivo, salió a dar un paseo por la ciudad, regresó al hospital entrada la noche, y durante la madrugada, el cianuro había cumplido su destino mortal.